Día de la Batalla de Puebla
Celebración Nacional
Celebración Nacional
“Soldados, se han portado como héroes combatiendo por la Reforma. Nuestros esfuerzos han sido siempre coronados por el éxito. Hoy van a pelear por un objeto sagrado, van a pelear por la Patria y yo les prometo que en la presente jornada conquistarán un día de gloria. Nuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero nosotros somos los primeros hijos de México. Soldados, leo en nuestras frentes la victoria y la fe. ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva la Patria!”
– Palabras del General Ignacio Zaragoza a su ejército antes del combate
La batalla de Puebla fue un combate librado el 5 de mayo de 1862 en las cercanías de la ciudad de Puebla, entre los ejércitos de la República Mexicana, bajo el mando de Ignacio Zaragoza, y del Segundo Imperio francés, dirigido por Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez, durante la Segunda Intervención Francesa en México, cuyo resultado fue una victoria importante para los mexicanos ya que con unas fuerzas consideradas como inferiores lograron vencer a uno de los ejércitos más experimentados. Pese a su éxito, la batalla no impidió la invasión del país, aunque sí que sería la primera batalla de una guerra que finalmente México ganaría.
A pesar de la derrota en la Segunda Batalla de Puebla, el primer enfrentamiento siempre será recordado como una muestra de coraje y patriotismo, de gran técnica militar y una pericia para sortear las desventajas en el campo de batalla.
En honor al general Ignacio Zaragoza, Benito Juárez renombró la ciudad como “Puebla de Zaragoza”.
Con Benito Juárez como presidente, en 1861, México se declara financieramente en ruinas y tiene deudas enormes que los conservadores contrataron con banqueros europeos para pagar la Guerra de Reforma (1857). La deuda era de 80 millones de pesos:
El 17 de julio de 1861, el presidente Benito Juárez declaró una moratoria de dos años en el pago de deudas a prestamistas extranjeros, pero la Alianza Tripartita amenazó con invadir el país si no se saldaban por completo las deudas con los tres países europeos. Juárez respondió con un exhorto para lograr un arreglo amistoso. España e Inglaterra lograron negociar por la vía diplomática los términos de pago de la deuda, pero cuando aún se realizaban las negociaciones, llegó a Veracruz un contingente militar francés bajo el mando de Charles Ferdinand Latrille, para luego atacar la ciudad de Puebla, nada menos que con 6 mil tropas francesas.
El presidente Juárez sabía que había una guerra inminente y se organizó para proteger la Ciudad de México y ordenando la fortificación de Puebla. Creo también al Ejército de Oriente, designando al mando algeneral Ignacio Zaragoza. El ejército mexicano contaba apenas 2 mil hombres, entre los que había unos pocos soldados y una gran cantidad de indígenas y guerreros de ascendencia mixta, dispuestos a dar todo por su suelo.
Ampliamente superados, sin preparación alguna y con una escasa administración, los combatientes mexicanos se dirigieron al frente de batalla.
La Batalla de Puebla se libró del medio día hasta las cinco de la tarde, con un desastroso saldo final para el bando francés, que acabó con 476 muertos y 345 heridos. En cambio el ejército mexicano solo tuvo 83 bajas, 131 heridos y 21 desaparecidos.
Los franceses regresarían al siguiente año, con lo que se libró una segunda batalla en Puebla en la que se enfrentaron 35 000 franceses contra 29 000 mexicanos (defensa que duró 62 días) y lograrían avanzar hasta la Ciudad de México, lo que permitió establecer el Segundo Imperio Mexicano. Finalmente, después de perder 11 000 hombres debido a la actividad guerrillera que nunca dejó de subsistir, los franceses se retiraron incondicionalmente del país en el año 1867 por mandato del emperador Napoleón III ante la amenaza de Prusia en Europa y la amenaza estadounidense de invadirle si no se retiraba de México.