Día Mundial de las Abejas
Celebración Mundial
Celebración Mundial
Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, la ONU declaró el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas. Las abejas y otros polinizadores -como las mariposas, los murciélagos y los colibríes-, permiten que se reproduzcan muchas plantas, entre ellas numerosos cultivos alimentarios.
El 18 de octubre de 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas decide designar el 20 de mayo Día Mundial de las Abejas. El 20 de mayo ha sido elegido para el día anual, pues coincide con la fecha del nacimiento de Anton Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su país natal, Eslovenia, y reconoció a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente y requiriendo a la vez muy poca atención.1
Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, se ven cada vez más amenazados por las actividades del ser humano.
La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad, piedra angular en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Asimismo, sirven para alertarnos sobre los nuevos riesgos ambientales, indicando la salud de los ecosistemas locales.
Los insectos invasores, los pesticidas, los cambios en el uso de las tierras y los monocultivos pueden reducir los nutrientes disponibles y suponer una amenaza para las colonias de abejas.
Las abejas son los polinizadores más conocidos y existen 25,000 y 30,000 especies. Además de las abejas, en el mundo existen muchos otros polinizadores, tales como las mariposas, los pájaros y los murciélagos.
¿Por qué son importantes los polinizadores?
Alrededor del 90% de las flores silvestres depende en parte de la polinización animal para producir sus semillas.
Las actividades de los polinizadores afectan al 35% de las tierras agrícolas del planeta.
Proteger a las abejas y demás polinizadores forma parte de la lucha contra el hambre en el mundo.
Conservar la biodiversidad de este tipo de especies es crucial para la resiliencia de los agroecosistemas y la adaptación al cambio climático.
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